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El agua de cada día

agua

¡No tenemos agua!

Son las 6.50 de la mañana en un departamento cualquiera de Santiago y de la llave que suministra agua potable únicamente se siente aire, sí, sólo aire. En la casa del lado, en la villa y la población vecina, lo mismo, pero la situación no es tan dramática, la tv satelital funciona y también el sistema de alarmas contra robos, el Internet Wifi, aún es posible clikear “me gusta” con las manos sucias.

El martes 22 de enero Santiago, la ciudad, estaba sumida en una emergencia extraña, debido al desabastecimiento de agua. Los medios de comunicación hablaban de las causas, supuestamente algunos aludes de carácter natural que cortaron el curso de agua del río Maipo, principal lugar de captación de la sanitaria Aguas Andinas que provee el vital elemento al 70 por ciento de la región Metropolitana.

¿Quién es el responsable?

Muchos atribuyen estos hechos a las obras de construcción de la hidroeléctrica Alto Maipo de la trasnacional AS Gener, según Heide Ana conocida en la zona como Montañesa de los Andes, asegura que “se está dinamitando el Valle la Engorda y desviando los surcos naturales para dirigirlos hacia el túnel para la hidroeléctrica y sumado a los deshielos que son cortos e intensos ocurren aluviones, y ahora dicen que es un evento normal”.

En este sentido la Coordinadora Ciudadana Ríos de Maipo ha denunciado a lo largo de los últimos 5 años el perjuicio que causaría a Santiago la habilitación del proyecto en cuestión, sobre todo porque la cuenca del Río Maipo es la principal fuente de agua potable y el embalse El Yeso es estratégico para la seguridad del suministro.

agua 2De esa agua no has de beber

A pesar de esto, durante el 2011 Aguas Andinas firmó un convenio con As Gener para entregar parte del agua embalsada en El Yeso para la generación de energía, comprometiendo el suministro futuro de agua potable, lo que sumado a las obras que intervienen el río, que no contemplaron los efectos del cambio climático en el Estudio de Impacto Ambiental deja en incertidumbre la seguridad hídrica.

Al observar este escenario es cuando muchos cuestionan la naturaleza del Código de Aguas, que durante los años 80 fue privatizando los principales fuentes de este elemento, y hoy están en manos de empresas multinacionales que aprovechando las regalías que entrega este país operan como si el mundo no tuviera fronteras, aunque esto es real para la apropiación de los recursos naturales del que dicen es el tercer mundo.

José Luis León Veas