No sabemos qué va a pasar en el futuro de nuestro planeta (un futuro cada vez más cercano), ni cómo reaccionaremos a los cambios que llevamos siglos provocando en la biósfera.

Pero, basándonos en nuestro pasado, se podrían aventurar cuatro maneras enfrentar el problema, para bien o para mal…

1. Futuro improbable, pero ¿por qué no?.

Pablo vive en una gran ciudad de 20.000 habitantes, es la mayor del continente. De todas maneras no conoce realmente más allá de unas cuantas cuadras a la redonda. Nació el año 2050 y ahora tiene treinta años. Tiene un hermano menor, padre y madre.

Pretende casarse y tener un par de hijos propios. Vive con sus padres, los cuales trabajan la pequeña parcela donde viven y de la cual extraen prácticamente todos los alimentos necesarios. Lo que no tienen lo intercambian con sus vecinos o en el mercado local.

Mientras asistía a las actividades comunitarias semanales del año anterior se enamoró de María, la hija de los vecinos, dos parcelas hacia el sur. Cuando se casen, vivirán donde Pablo, pues la hermana de María ya vive con su marido en la casa de sus futuros suegros, y a nadie se le ocurriría construir otra casa. ¿Para qué? Si sus padres eventualmente morirán, y además así podrán apoyarlos en las actividades de la casa.

Pablo mira el horizonte y respira hondo, le gusta el aire húmedo de la mañana.

2. Futuro post-traumático.

Pablo vive en una gran ciudad de 20.000 habitantes, es la mayor del continente. De todas maneras no conoce realmente más allá de unas cuantas cuadras a la redonda. Nació el año 2050 y ahora tiene treinta años. Es hijo único y huérfano de Padre y Madre.

Pretende casarse y tener un par de hijos propios. Vive sólo mientras tanto, y trabaja la pequeña parcela donde viven y de la cual extrae prácticamente todos los alimentos necesarios. Lo que no tiene lo intercambia con sus vecinos o en el mercado local.

Mientras asistía a las actividades de reconstrucción ecológica global del año anterior se enamoró de María, otra huérfana que vive con su hermana, la cual cuida de una larga enfermedad crónica. La pobre la contrajo en la gran epidemia del 2022, que erradicó tres cuartas partes de la población mundial y dejó discapacitados a la mitad de los sobrevivientes.

Cuando se casen vivirán en la casa de él, y venderán la otra, para poder pagar los medicamentos de su futura cuñada.

Pablo mira el horizonte y respira hondo el aire de la mañana.

3. Futuro traumático.

Pablo vive en un caserío de 2.000 habitantes, es el único en más de 300 km a la redonda. Desde hace 15 años que no ven nadie cruzar las tierras cenagosas que los rodean. Nació el año 2050 y ahora tiene treinta años. Es hijo único y huérfano de Padre y Madre.

Pretende casarse y tener hijos. Vive junto a cuatro personas más que intentan trabajar el pequeño pedazo de tierra donde viven juntos y del cual extraen apenas para no morir de hambre. Lo que no tienen lo intercambian con los pocos vecinos que les quedan.

Mientras intentaba cazar un gato, conoció a María, con la cual se enamoró y se casó dos meses después. Al poco tiempo quedó embarazada pero sucumbió a una de las tantas epidemias que azotan la región desde que desaparecieron las abejas.

Pablo mira el horizonte y respira hondo.

4. Futuro sin futuro.

Pablo vive en un pueblo de 20.000.000 de habitantes. Nació el año 2050 y ahora tiene treinta años. Es el hijo mayor de 6 hermanos y tiene padre y madre.

Pretende casarse y tener unos cuantos hijos propios. Vive con todos sus hermanos y ambos padres, embutidos en un pequeño departamento en el piso 52. Todo lo que necesitan lo compran por internet a la gran cadena de comida rápida-casera, que surte toda la ciudad. Aunque los precios suben cada vez más debido a la sobrepoblación, los alimentos son producidos de manera económica mediante pastillas de proteínas y suplementos vitamínicos y minerales. El ejercicio no es necesario gracias a las operaciones “express”, y las inyecciones reductoras de grasa o productoras de masa muscular.

Mientras navegaba por The Other Life, el último juego virtual, conoció a “María_72”, la que un mes después conocería en persona en el mall del nivel 20 del mismo edificio. Era hermosa y se enamoró inmediatamente.

Cuando se casen vivirán en el departamento de arriba, en el nivel 53, el cual su padre comenzó a pagar y a sub-arrendar cuando Pablo todavía no nacía y que probablemente terminará de pagar su hijo; o uno de sus hijos, pues espera tener varios retoños.

Pablo respira hondo.