Bajemos la temperatura: Síntesis colectiva de los impactos del Cambio Climático
El cambio climático tiene profundas significancias que nos afectan en múltiples sentidos, sólo como ejemplo se puede mencionar la seguridad alimentaria, los sistemas económicos, los medios de subsistencia e incluso el turismo. Por lo anterior, no debemos pensar en la acción a largo plazo planificando tanto hacia el futuro, sino actuar AHORA, comenzando por mitigar los efectos y tomando las medidas que pueden reducir el aumento de la temperatura.
¿Quiénes deben actuar? Problemas globales, soluciones locales
Cuando nos enfocamos en quienes son los actores que deben trabajar en la mitigación del Cambio Climático surgen algunas interrogantes: ¿Es posible concebir que estas medidas vendrán de los organismos internacionales pensando que, aunque son quienes invierten en investigaciones y evaluaciones sobre el tema, también tienen parte de responsabilidad en lo que ha sucedido con nuestro recursos como la depredación de la biomasa y la aceleración del proceso de cambio climático?. Si el Banco Mundial (que concibió el estudio que estamos analizando) compromete utilizar su capacidad financiera para abordar el problema ¿Será realista lo que proponen? ¿Cumplirán? ¿Cómo erradicarán la pobreza y desigualdad una vez que las poblaciones se vean afectadas? Realmente, ¿Están comprometidos con los pobres? ¿O simplemente les importa su propia seguridad económica?
Sin ir más lejos, en nuestro país aún se elaboran políticas que no consideran el Cambio Climático. Sabemos que este fenómeno es una amenaza para la agricultura de exportación debido a los bajos rendimientos, sin embargo „Chile, potencia agroalimentaria“ que ha sido un plan de inversión estatal fuerte para apoyar la agricultura, no integra de forma transversal la mitigación y la adaptación.
Si se analiza la vulnerabilidad social, el estudio nos indica que serán los pobres, los menos privilegiados, los mayores y los niños quienes sufrirán las peores consecuencias del Cambio Climático, o sea, quienes están en nuestro entorno diario. Por lo anterior, es necesario entender que es deber de nosotros como comunidad la promoción de una cultura adecuada a las contingencias ambientales, y apuntar a acciones locales, logrando con esto consecuencias políticas en nuestras democracias y su aparataje burocrático.
El sentido de nuestra acciones
Construir una visión holística del problema y que logre responder a una dinámica donde todos nos involucramos como actores es una medida que parte de criterios gubernamentales como de la acción ciudadana. Si bien las responsabilidades directas son de grandes grupos económicos y la acción cotidiana contribuye al embate contra el medioambiente, devenir actor es al mismo tiempo devenir en un sujeto de poder frente al abuso y a los peligros que llevan al planeta en esta dirección. La vulnerabilidad social de jóvenes, ancianos y mujeres en condición de pobreza debe desprender una acción frontal frente a la exclusión, una arremetida total contra un sistema que disecciona la vida en comunidades más o menos privilegiadas, mediando a la vez sus derechos. Es la lucha política y la acción comunitaria una de las tantas formas de disminuir la brecha en el cotidiano de grupos de riesgos, como frente a los inevitables conflictos que se avecinan.
Temas como la soberanía alimentaria también son elementos que a pequeña escala desarrollan un nivel de emancipación de los grandes flujos económicos, que en definitiva son el punto de preocupación de instituciones como el Banco Mundial. Ahí es donde los análisis y perspectivas de desarrollo pueden cambiar la dependencia estructural de la gran economía, al mismo tiempo que reconectan prácticas sustentables – desde un punto de vista ambiental – con la comunidad.