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Tres reflexiones esenciales sobre la COP21 y sus resultados

El sábado 12 de diciembre de 2015 la conferencia de París sobre el cambio climático finalmente aprobó un acuerdo en el cual 55 países se comprometieron a reducir sus emisiones globales de gases de efecto invernadero. El pacto lo deben ratificar durante el 2016 y comenzará a regir desde el 2020.

Este resultado es inédito porque en él naciones desarrolladas y en vías de desarrollo se comprometieron a avanzar en la transformación hacia una economía baja en carbono. La idea es que el aumento de la temperatura se mantenga por debajo de los 2°C, por lo que los países involucrados tendrán que realizar un verdadero esfuerzo para limitar el aumento a solo 1,5°C en comparación con lo emitido en la era pre-industrial.

Para llegar a tal resultado, durante varios años el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático elabora el IPCC, documento del 2014 en el que nos basamos para emitir las siguientes reflexiones.

el impacto del cambio climático en la Tierra

El Cambio Climático significa riesgos, actuales y futuros, para los sistemas humanos y sistemas naturales que habitan la Tierra. Muchas especies terrestres, dulceacuícolas y marinas han modificado sus áreas de distribución geográfica, actividades estacionales, pautas migratorias, abundancias e interacciones con otras especies en respuesta al cambio climático actual.

Observamos en muchas regiones las cambiantes precipitaciones o el derretimiento de nieve y hielo que está alterando los sistemas hidrológicos, lo que está afectando  a los recursos hídricos en términos de cantidad y calidad. Los glaciares continúan retrocediendo por todo el planeta debido al aumento de temperatura.

Estos riesgos pueden empeorar de no mantener a raya el aumento de la temperatura, tomando las medidas de adaptación y mitigación necesarias para llevar a cabo este cometido.

El cambio climático es desigual

El cambio climático supone un impacto mayor en aquellas regiones y comunidades más vulnerables, y empeora con el aumento de la temperatura.

Por otro lado, los peligros conexos al clima agravan otros factores de estrés, a menudo con resultados negativos para los medios de subsistencia, especialmente para las personas que viven en la pobreza y que tienen viviendas de mala calidad, o se ubican en zonas de las ciudades más expuestas a factores agravantes como el exceso de sol o la escasez de agua potable.

La adaptación debe ser específica para cada región

Como su nombre lo dice, las medidas de adaptación frente al cambio climático deben considerar el contexto en donde se llevarán a cabo, para gestionar de mejor forma los futuros riesgos y la creación de resiliencia.

Es cierto, los pueblos siempre se han adaptado al clima y la tecnología es una buena manera de enfrentar la adaptación, pero todavía los proyectos suelen desarrollarse de manera reactiva y no planificando previamente cuáles son los riesgos latentes, a corto y largo plazo, que podrían afectar y disminuir la calidad de vida de las personas y el normal funcionamiento de los ecosistemas.

Los gobiernos deben continuar generando planes de adaptación y evitar la mitigación, es decir, cuando el problema ya está encima y es mucho más difícil tratarlo. Esto requiere de una mayor inversión inicial, pero ahorra costos de implementación al momento de enfrentar una crisis. Una buena adaptación determinará los riesgos al cambio climático, y quienes toman decisiones en este ámbito deben ser conscientes de ello.