Impacto de la extracción de recursos naturales en las poblaciones de la Amazonía ecuatoriana y en su hábitat

Yo le pienso al ser humano como una pieza clave del rompecabezas ambiental. Si no tratamos al ser humano, no logramos nada.

En ese sentido los problemas más críticos están estrechamente relacionados a temas sociales. Yo específicamente me he dedicado a hacer seguimiento, denuncia, investigación sobre temas relacionados con pueblos indígenas que son uno de los grupos más vulnerables en la sociedad  y que están más cerca de las áreas naturales protegidas que todavía pueden ser salvadas y que son generalmente sacrificados por el valor que tiene su territorio.

Lastimosamente son conflictos que suceden muy lejos de las áreas urbanas, por lo tanto en las ciudades no sentimos la afectación de la misma manera que sucede en la selva. La información a través de medios de comunicación es muy escasa por lo que nos es difícil tomar cartas en el asunto a menos que des seguimiento al conflicto por otros medios más alternativos y en el mismo campo de acción.

EL PRESENTE

Lo que vivimos ahora en el Ecuador con el tema Shuar, es un reflejo muy evidente de algo que ha sucedido en las últimas décadas. El gobierno dice que esos territorios no son del pueblo Shuar sino propiedad privada, sin darse cuenta que históricamente ha habido un proceso de despojo, de apropiación de tierras que en principio deberíamos entender que son ancestrales en su cosmovisión. Ahí está el problema, que no entendemos cuál es el concepto de territorio para un indígena amazónico pues es diferente al de un indígena de la sierra, con el cual estamos mucho más relacionados. El indígena de la sierra ha vivido durante siglos sembrando y cultivando, trabajando la tierra para sobrevivir, mientras que el indígena de la Amazonía muy poco o casi nada se dedicó a la agricultura, su economía y sustento se basó en la caza y recolección, por lo tanto el territorio que ellos necesitan para desarrollarse es mucho más extenso que el que necesitaría un indígena que labra y trabaja una parcela de tierra. Como consecuencia de esto, existen en el Ecuador terrenos que son comprados por mineras o petroleras que no sólo se apropian de gran cantidad de territorio selvático, sino que también contaminan con emisiones de gases, emisión de ruido, desechos sólidos, aguas servidas, afectando de esta forma a grupos humanos, flora y fauna de los alrededores.

Hace poco se pensaba: bueno por qué seguimos extrayendo petróleo, por qué seguimos permitiendo la extracción en el Yasuní si el petróleo a penas paga o quizás ni siquiera paga sus costos de producción?; y la respuesta está en que: eso no importa, lo que importa es seguir moviendo la maquinaria porque hay grandes empresas con mucho poder o mucha influencia entre los gobiernos que no van a dejar que esa maquinaria se pare.

EL FUTURO

Si hablamos de sostenibilidad me interesaría que haya mayores incentivos para que las poblaciones aprendan a hacer distintas actividades que no dependan de la extracción petrolera o minera, pero al mismo tiempo aunque suene paradójico, creo que una solución podría ser que los pobladores de estas zonas se involucren también y saquen algún provecho de esta actividad extractivista; por ejemplo: en la actualidad hay fincas al lado o al rededor de las centrales petroleras que producen pollos, o algún tipo de cultivo vegetal pero para la alimentación de los trabajadores de la empresa petrolera la comida es traída desde Quito, es decir no le compran al vendedor local, por lo tanto los pobladores no tienen cómo sostenerse y muchas veces optan por dedicarse a actividades de carácter ilegal, venta de combustible, tráfico de armas o de drogas.

Lo que sucede con la mujeres Huaorani es interesante, ellas producen artesanía que es comercializada en los centros urbanos más grandes del país así como también a nivel internacional; también desde hace unos años con la ayuda de una empresa privada están produciendo cacao y sacando chocolate a la venta. Esto ayuda en algo a cubrir las necesidades básicas de la gente amazónica, ayuda para una emergencia médica o para el transporte a la ciudad, pero falta mucho para que realmente puedan tener un intercambio justo con las compañías extractivistas que están asentadas en su territorio.

Hubo un proyecto turístico comunitario de los Huaorani que fue condecorado como mejor del mundo en su clase, y ya no existe. La empresa petrolera compró gran parte del terreno donde funcionaba este emprendimiento porque habían encontrado un punto para extracción importante. Los Huaorani argumentaron que la lucha contra las empresas petroleras la perdieron hace tiempo y ahora lo que les queda es sacar el mayor provecho. Yo pensé que no lo iban a vender, pero finalmente lo hicieron, es triste.

Entrevista realizada a Eduardo Pichilingue Ramos, Ecólogo / Defensor de Derechos Humanos.

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