La tierra se domina a si misma
A muchos nos pasa que llevando la rutina del día a día, tenemos momentos en que se nos aparece esa sensación de molestia en el estomago, esa contracción abdominal seguida de un calor que invade y que si nuestra vida fueses una película sería la escena donde un gran zoom muestre nuestros ojos preocupados…y es que pensar en el cambio climático provoca angustia a muchos de nosotros, sumergiéndonos en una mezcla de sensaciones, que van desde el sentirse impotente y frágil combinado con culpabilidad tardía.Ya que nos damos cuenta que la tierra es indomable y poderosa, pese a todo nuestros esfuerzo humanos y sobrehumanos de subyugarla en nuestro beneficio.
Porque al fin y al cabo que es el cambio climático sino la manifestación empírica de que la naturaleza es la reina y señora de todo, la más generosa pero la más implacable cuando se ve amenazada, los noticieros diariamente muestran catástrofes naturales que están ocurriendo a nivel mundial, inundaciones por un lado y escases de recursos hídricos por el otro, cambio en nuestra alimentación por que las dinámicas de los cultivos agrícolas también han cambiado, al igual que nuestro concepto de aire saludable y contaminación atmosférica.
Juntar angustia…
Si pienso en la políticas públicas que se han desarrollado respecto al cambio climático y la conservación y protección de nuestros recursos naturales a nivel país, no me queda nada más que juntar angustia para el futuro, ya que frente a la situación inminente de la escases de recursos para las siguientes generaciones, es difícil visualizar un enfoque de desarrollo sostenible desde lo económico y político a nivel nacional. Siento que las motivaciones detrás de los políticos no está en proteger a la gente si no que a sus propios intereses, que de cierta forma son inmediatistas y no ven a mediano o largo plazo, como por ejemplo desarrollar leyes más fundamentales, de fondo y robustas, que hagan cambios profundos y aporten en contruir una sociedad sostenible.
También junto angustia pensando que este problema es global planetario, y que quienes contaminan mayormente no somos los individuos, considerando la población chilena más bien pequeña, ya que son las grandes potencias que tienen emisiones de carbono gigantescas y que han maquinado para imponer esta economía de maximizar la utilidades de los produccion, acabando los recurso ya sea desde las explotaciones agrícolas, forestales o cualquier actividad comerciales que se haga a partir de la naturaleza.
Echando a perder se aprende
Si bien mucha gente está despertando y haciéndose cargo de este problema global, la mayoría de la población no tienes mucha conciencia real de la importancia de que esté ocurriendo el cambio climático. A pesar de que existe mucha más información que se difunde sobre que pasará en un futuro cercano con la sobreexplotación de los recursos, la sensación es que las personas no tomarán conciencia hasta que se la acabe algo, ósea que la crisis la tienes que ver de forma cercana e inmediata. En este caso, no existe un sentido de postergación de la gratificación de ocupar de mejor forma los recursos ahora, sin derrochar para poder tener en el futuro, por lo que al no tener ese cuidado, tampoco se lo transmiten a su descendencia. Visto esto, quizás lo más seguro, es que este aprendizaje o cambio de mentalidad, venga desde el ensayo y error, para que la gente entienda que de verdad este es un tema primordial
Mi idea no es sonar catastrófica, ya que también veo que las personas ya se está movilizando por diferentes temas , entonces lo ambiental también podría ser un tema de movilización, además las nuevas generaciones viene con un chip mucho más cuidadoso de su alrededor, con una mayor sensibilidad, ósea son más flexibles cognitivamente que los adultos por lo que pueden comprender mejor las implicancias del cambio climático y problemas ambientales, por lo que existe la esperanza en las nuevas generaciones.
Buscando el equilibrio
Comencé este ensayo pensando que la tierra era implacable y todos los cambios que estamos viviendo es una forma de protegerse de nosotros y nuestra afán por dominarla, pero termino con una nueva idea, la tierra no está en guerra con nosotros y nada de esto es un castigo por lo imprudente que somos, la tierra está por sobre nosotros, tiene sus ciclos y puede metamorfosearse cuantas veces sea necesario buscando siempre su equilibrio, habla un idioma que nos cuesta entender para poder acompañarla en este evolucionar planetario, y somos nosotros como humanidad la que nos tenemos que poner a la altura, ya que este evolucionar tiene que ser respetuoso de parte de todos los actores implicados, y somos los únicos que estamos quedando al debe. La evolución seguirá igual, con o sin nosotros, por lo que es momento de decidir si nos subimos al carro evolutivo o seguimos poniendo resistencia en esta autoextinción paulatina.